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Intercambios Transatlántico: El Album El Nuevo Mundo de Jordi Savall

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Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=8pHw5Z0pzOg

Spotify: https://open.spotify.com/album/2vHAmR0fRLX4LSOhQZdZFq

Creciendo, mi familia constantemente me presentaba refranes para cada ocasión. Hoy, al  encontrarme lejos de casa estudiando en Estados Unidos, a menudo recuerdo esos tiempos más sencillos, recordando la tierna voz de mi mamá pronunciando lo que se ha convertido en el dicho más relevante entre tantos proverbios. «Mijo, recordar es volver a vivir» ella decía, y después de casi cuatro años de estudiar en el extranjero, confirmó que tenía mucha razón.

Cada vez que escucho música tradicional mexicana (que es esencialmente parte de mi rutina diaria), mi mente y alma viajan de vuelta a casa y me hacen sentir como si yo escuchara aquellas conmovedoras melodías acompañadas por el calor de mi familia.

Estos sentimientos de nostalgia por lo general alcanzan su punto máximo durante el otoño. En septiembre, México celebra su independencia, y a finales de octubre la gente se prepara para celebrar el Día de Muertos, y ambas festividades están profundamente arraigadas en la música tradicional. Aunque yo me encuentre en los Estados Unidos durante estas celebraciones, intento tomar parte de ellas; hago todo lo posible para cocinar los alimentos típicos y decorar lo más apegadamente posible a la tradición, pero la música es un elemento clave que tiene que estar presente y ser verídico a sus orígenes.

Fue difícil encontrar tal fuente de sones que pueda escuchar durante esas temporadas, pero tarde que temprano me topé con una. El album se llama El Nuevo Mundo, compilado por Jordi Savall, un director español que se especializa en el estudio de la evolución de instrumentos de cuerda durante la Edad Media, el Renacimiento, y el periodo Barroco. El Nuevo Mundo también cuenta con la colaboración de La  Capella Reial de Catalunya, Hespèrion XXI (grupos creados por Savall  mismo para crear conciencia de estilos musicales antiguos), y de Tembembe Ensamble Continuo, un grupo de cámara mexicano con el objetivo de promover canciones mexicanas tradicionales a países extranjeros. Mientras tal mezcla de estilos puede parecer poco convencional, Savall en realidad quiere enseñarnos algo; el álbum busca acabar con la aparente distinción entre la música tradicional mexicana y la herencia musical “occidental” al argumentar que las melodías populares de México son el resultado de la interacción entre las culturas europeas, americanas, y en cierta medida africanas durante el período virreinal.

El resultado es un género único al Nuevo Mundo, de ahí el nombre del álbum. La selección musical en en esta colección es una sucesión eufónica de melodías renacentistas españolas, canciones barrocas y sones tradicionales mayoritariamente mexicanos. Savall aquí demuestra su dominio del arreglo musical al crear una yuxtaposición llena de gracia que es evidente pero sin interrupciones. Por ejemplo, El Nuevo Mundo nos da la bienvenida a este viaje con un arreglo original, “Folias Criollas,” que usa una canción italiana curiosamente con ritmos similares a los latinoamericanos pero añade letras en español improvisadas que siguen su ritmo, una intervención popular entre grupos de música tradicional. La canción que empieza siendo parte de la herencia europea termina perteneciendo al Nuevo Mundo.

El objetivo principal de Savall en este álbum es explorar tal génesis de la música mexicana, y él lo ejecuta muy bien. A menudo, los sones jorochos o huapangos siguen a la perfección después de piezas musicales europeas. Este es el caso de “Jácaras” que nos conduce a “Pajarillo” y “Cumbees” que prelude al “Cielito Lindo.” Mi favorita es la transición entre “La Jotta y María Chuchena;” aquí la conexión es lisa, la alegría es constante, y la relación entre el Viejo y el Nuevo Mundo se define con claridad.

Es igualmente propio que Savall incluya canciones cuyos orígenes no son enteramente europeos, lo que comprueba su argumento de que la música mexicana tradicional es el resultado de la mezcla de múltiples culturas. Por ejemplo, El Nuevo Mundo incluye un fandango, un tipo de canción cuyos orígenes son incierto pero que cuenta con elementos moriscos, es decir de influencia musulmana en la Península Ibérica. El álbum también contiene el villancico “Xicochi Conetzintle” con letra en Náhuatl y Latín. Mi favorito es “Eso Rigo e Repente ” otro villancico con raíces poco europeas. Compuesto por un músico portugués (Gaspar Fernandes) que vivió en la Nueva España en el siglo XVI, la melodía la caracterizan ritmos africanos y una africanización del lenguaje español, lo que indica que la música mexicana tiene tres raíces: la europea, la amerindia, y la africana.

Como descendiente de este sincretismo cultural, le agradezco a Savall su esfuerzo para crear este álbum y así ayudar al mundo a entender los históricos orígenes multiculturales de la música mexicana. De hecho, le aprecio mucho más por usar tal herencia como una fuente de inspiración para componer nuevas canciones. En El Nuevo Mundo, él añade “Canarios” y “Danza de Moctezuma,” improvisaciones musicales que se basan en estilos pasados y que se parecen a canciones folklóricas que forman parte de la herencia cultural mexicana.

Si les interesa conocer mejor la música tradicional mexicana, el álbum de Savall es una introducción excelente. El Nuevo Mundo proporciona un gran oportunidad para aprender sobre los orígenes de mi país. Yo mismo he obtenido más conocimiento y apreciación de México al escuchar y entender el trabajo de Savall. De hecho, yo invito a toda la gente de herencia mexicana a tomarse un tiempo para reproducir el álbum y entender los argumentos expuestos en él.

Tal y como uno recuerda y vuelve a vivir, escuchar canciones tradicionales y comprender sus orígenes nos hará recordar quién verdaderamente somos en una época en la que nuestra identidad está puesta a prueba por una fracasada identidad internacionalista. Siento que recientemente, los medios de comunicación nos han convencido de que el único camino por delante es el consumerismo globalizado que no presta ninguna atención al regionalismo. Dos lugares no son iguales, y la música refleja esta distinción. Mi esperanza es ver que la música nos muestre nuestras singularidades y así poder aprender de ellas a modo que una globalización verdadera con tolerancia y diversidad cultural se haga una realidad.